Estamos
en tiempos de crisis y lo mejor que podemos hacer es replegarnos un
poco y prepararnos porque vendrán tiempos mejores. Debemos vivir con
cautela este tiempo crítico y esperar. Las cosas van y vienen, nunca
se quedan como están. Si lo que vivimos ahora no es bueno, debemos
hacerlo con la esperanza, con la certeza, de que vendrán tiempos
mejores que nos permitirán volar de nuevo ahuyentando los miedos e
inseguridades que nos agobian hoy.
Referencias
anteriores las hay y voy a poner dos ejemplos muy antiguos:
-Cuando el Señor quiso
liberar a su pueblo que había estado cautivo en Egipto, envió doce
plagas y la última y más terrible fue la muerte de los
primogénitos. Ante esta terrible plaga, el Señor le pidió a su
pueblo que permaneciera en su casa, que mataran un cordero para comer
y marcaran con su sangre el dintel de la puerta para que la plaga exterminadora respetara a sus primogénitos. El pueblo de Dios le
escuchó y permaneció replegado en su casa hasta que las señales
les avisaron de que podían salir. El pueblo de Dios, desde ese
tiempo, viene celebrando La Pascua que significa “Cambio a una vida
nueva”
-Mucho tiempo después
ocurrió de nuevo, fue con la muerte de Jesús. Jesús murió en la
fecha en que se mataba el cordero para celebrar la Pascua.
Los amigos de Jesús, después
de su muerte, tuvieron miedo y se escondieron, algunos incluso le
negaron porque estaban asustados.
Pasado un tiempo, el Espíritu
del Señor vino a ellos. El Espíritu Santo les infundió valor,
dejaron sus miedos atrás y se convirtieron en testigos de Jesús.
Pues
bien, esta vez, también seremos liberados. Esta no es más que una
crisis como tantas otras. Un día despertaremos y nos daremos cuenta
de que todo ha cambiado de nuevo porque el Espíritu del Señor está
en los corazones de las personas y nos hará ver un camino nuevo que
conduce a la “Esperanza”.
Siempre,
siempre tenemos que pensar que las cosas van a cambiar, que vamos a
mejorar, pero, mientras esto ocurre, lo mejor que podemos hacer es
ser prudentes, y pacientes, con el convencimiento de que todo llegará
en su momento con la ayuda del Señor. Volveremos a estar bien y
habremos aprendido que las cosas van y vienen, y aunque haya plagas,
las rosas florecen cada primavera. Cada día, el Señor, nos regala
un fantástico amanecer.
Saludos, Loida.