domingo, 12 de abril de 2020

Bendito sea el Señor que me ama

Yo no tenía que ir a ninguna parte a buscar al Señor porque el Señor estaba allí conmigo y me daba aliento y fuerza para cumplir la dura misión que me había encomendado. (Cuanto más tiempo pasa más convencida estoy de que hice lo que debía).
En algunas ocasiones me aparté de las celebraciones litúrgicas porque en aquellos momentos había razones o llamadas que me llevaban a otros lugares. El Señor puso en mi camino situaciones difíciles y pensé que, si me había puesto en aquel lugar, yo debía estar allí porque personas a las que amo me necesitaban. Yo confío en el Señor que me deja libre para que vaya y me deja la puerta abierta para que vuelva. Bendito sea el Señor que me ama.
  Saludos, Loida

domingo, 5 de abril de 2020

UNA DE LAS CRISIS MAS PROFUNDAS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS.

Estamos en tiempos de crisis y lo mejor que podemos hacer es replegarnos un poco y prepararnos porque vendrán tiempos mejores. Debemos vivir con cautela este tiempo crítico y esperar. Las cosas van y vienen, nunca se quedan como están. Si lo que vivimos ahora no es bueno, debemos hacerlo con la esperanza, con la certeza, de que vendrán tiempos mejores que nos permitirán volar de nuevo ahuyentando los miedos e inseguridades que nos agobian hoy.
Referencias anteriores las hay y voy a poner dos ejemplos muy antiguos:

-Cuando el Señor quiso liberar a su pueblo que había estado cautivo en Egipto, envió doce plagas y la última y más terrible fue la muerte de los primogénitos. Ante esta terrible plaga, el Señor le pidió a su pueblo que permaneciera en su casa, que mataran un cordero para comer y marcaran con su sangre el dintel de la puerta para que la plaga exterminadora respetara a sus primogénitos. El pueblo de Dios le escuchó y permaneció replegado en su casa hasta que las señales les avisaron de que podían salir. El pueblo de Dios, desde ese tiempo, viene celebrando La Pascua que significa “Cambio a una vida nueva”

-Mucho tiempo después ocurrió de nuevo, fue con la muerte de Jesús. Jesús murió en la fecha en que se mataba el cordero para celebrar la Pascua.
Los amigos de Jesús, después de su muerte, tuvieron miedo y se escondieron, algunos incluso le negaron porque estaban asustados.
Pasado un tiempo, el Espíritu del Señor vino a ellos. El Espíritu Santo les infundió valor, dejaron sus miedos atrás y se convirtieron en testigos de Jesús.

Pues bien, esta vez, también seremos liberados. Esta no es más que una crisis como tantas otras. Un día despertaremos y nos daremos cuenta de que todo ha cambiado de nuevo porque el Espíritu del Señor está en los corazones de las personas y nos hará ver un camino nuevo que conduce a la “Esperanza”.
Siempre, siempre tenemos que pensar que las cosas van a cambiar, que vamos a mejorar, pero, mientras esto ocurre, lo mejor que podemos hacer es ser prudentes, y pacientes, con el convencimiento de que todo llegará en su momento con la ayuda del Señor. Volveremos a estar bien y habremos aprendido que las cosas van y vienen, y aunque haya plagas, las rosas florecen cada primavera. Cada día, el Señor, nos regala un fantástico amanecer.
Saludos, Loida.